Las Organizaciones Necesitan Nuevas Estrategias En El Largo Camino De La Recuperación
‘ARTÍCULOS MÁS DESTACADOS’ DE BCR, DICIEMBRE 2020
Autor: Luiza Buserska, Ejecutivo de Comunicación Corporativa en CODIX
Coautor: Laurent Tabouelle, COO del Grupo CODIX
Los desajustes económicos causados por la pandemia han puesto a muchas empresas en apuros, lo que ha tenido un enorme efecto y consecuencias de gran alcance para la economía mundial y los mercados globales. Casi un año después de los primeros casos de coronavirus, seguimos en medio de la pandemia. Varios países han vuelto a imponer medidas extremadamente rigurosas, cerrando economías enteras, y ahora parece que no debemos descartar el "peor escenario". Hasta ahora, como era de esperar, hemos constatado un descenso del PIB (se prevé que el PIB mundial se reduzca un 4,3% en 2020), un aumento del desempleo y un déficit fiscal. Por lo tanto, los economistas predicen que el impacto negativo de la COVID-19 será mayor que el de la crisis financiera de 2008/2009.
En la actualidad, una parte importante de las empresas de todo el mundo está informando de un impacto negativo en el flujo de caja y los ingresos, un marcado aumento de las facturas vencidas y una considerable ampliación del periodo medio de pago en comparación con los niveles anteriores a la pandemia. Las interrupciones en las cadenas de producción y de suministro han resultado ser un grave obstáculo para muchas empresas, sobre todo las que no disponen de liquidez suficiente. Las grandes empresas de todo el mundo están vendiendo activos para aumentar su liquidez, ya que la disponibilidad de efectivo es muy importante en este tipo de crisis. Al mismo tiempo, las cadenas de suministro se están adaptando y los "grandes" actores están cambiando potencialmente, ya que la COVID-19 (así como las variaciones de las condiciones financieras) ha afectado a las cadenas de suministro y ha obligado a los compradores a buscar diferentes opciones de proveedores. En este contexto, teniendo en cuenta los distintos escenarios posibles, si las grandes empresas colapsan, esto podría causar un efecto dominó antes de que la vacuna esté ampliamente disponible. En este sentido, el impacto de la crisis económica provocada por la pandemia, que ya ha afectado al trabajo, la salud y la vida de muchas personas, puede resultar devastador.
Todos estos retos han dado lugar a una respuesta supranacional sin precedentes por parte de todos los países europeos en un esfuerzo por estabilizar las economías y ayudar a los más afectados por la crisis mediante potentes inyecciones financieras y diversos programas de apoyo a empresas y ciudadanos. Por ejemplo, en muchos países se ha eximido a las empresas con dificultades económicas de la obligación de declararse insolventes, recibiendo así un tiempo y un espacio extra para superar el temporal.
Aun así, a pesar del respiro y el fuerte apoyo proporcionado por el Gobierno, dada la actual segunda oleada de la enfermedad y la necesidad de un mayor distanciamiento social, la previsión más optimista de los analistas es que las economías no empezarán a recuperarse gradualmente hasta el tercer trimestre de 2021.
En tal coyuntura, es difícil predecir cuáles son las perspectivas de la economía mundial y, en particular, del sector de la financiación comercial en los meses y años venideros. Pero una cosa es segura: las empresas deben encontrar la manera de afrontar los retos de este entorno en constante cambio en busca de crecimiento y desarrollo. Las empresas deben responder adecuadamente a estas duras condiciones económicas modificando sus prácticas de pago, introduciendo plazos más flexibles o dando la opción de pago diferido y, en general, buscando instrumentos financieros más versátiles.
En este momento, el papel de las empresas de factoring podría resultar muy importante, ya que los factores, gracias a sus métodos de control y seguimiento permanente de las cuentas por cobrar de los compradores de sus clientes, son capaces de proporcionar más capital circulante que los prestamistas tradicionales, minimizando al mismo tiempo los riesgos crediticios. Y no son solo las pequeñas empresas, que son las más vulnerables en la situación actual, sino también las medianas y los grandes actores del mercado los que pueden aprovechar este flexible instrumento financiero. La crisis ha debilitado a muchas empresas y ha arruinado por completo a otras, y es una oportunidad para que las empresas financieras presten su inestimable apoyo a las más débiles o se centren en los nuevos tipos de negocio que inevitablemente surgen después de cada crisis. Es muy probable que una decisión estratégica de este tipo modele los productos y las huellas de estos actores en los próximos años.
Además, el teletrabajo está en pleno apogeo. Muchas empresas financieras buscan la manera de que el trabajo se realice fuera del entorno tradicional de la oficina, lo que les permite combinar una seguridad óptima con la expansión de sus redes. El trabajo desde casa es una tendencia que viene de lejos, con una tasa de adopción entre media y baja, especialmente en los grupos financieros y de préstamos más tradicionales. La pandemia ha puesto en primer plano esta tendencia. Cada vez más personas pueden trabajar a distancia, desde casa o desde cualquier lugar, siempre que tengan acceso a Internet y las herramientas de comunicación necesarias. Esto ha traído consigo nuevas oportunidades para hacer negocios (no solo en el sector financiero), especialmente en lo que se refiere a la atención al cliente, proporcionando ofertas variadas y plazos de contacto más amplios, y facilitando el cruce de fronteras, la superación de las barreras lingüísticas, etc.
Todo esto ha llevado a la tecnología a un primer plano. La nueva realidad está obligando a las empresas y a las personas a replantearse sus protocolos de trabajo. Hoy en día presenciamos una creciente demanda de soluciones empresariales integrales que ayudan a realizar las tareas con mayor facilidad que antes, realizando transacciones y operaciones desde cualquier lugar y en tiempo real a través de portales web, capacidades de automatización, herramientas de comunicación con un amplio alcance global, IA, etc. Las empresas financieras ya están (o deberían estar) buscando soluciones de software empresarial inteligentes compatibles con el acceso remoto que les proporcionen la flexibilidad que anhelan, por ejemplo, permitiendo a los usuarios tener acceso en modo de lectura a sus datos, consultar sus contratos, cuentas, facturas, pagos y enviar/recibir documentos y cartas o incluso registrar información, activar el procesamiento de back-end y tareas de impresión, así como proporcionar la seguridad que necesitan (mediante firmas digitales, autenticación de varios niveles, etc.). Podemos esperar que las tecnologías multiproducto se hagan cada vez más populares en busca de oportunidades para ofrecer soluciones de capital circulante más completas fuera del ámbito de la financiación de cuentas por cobrar/pagar, mientras se mantienen sistemas y controles eficaces en todos los niveles.
En este respecto, podemos anticipar que la recuperación de la economía mundial, y del sector de las finanzas comerciales en consecuencia, será un largo viaje con muchos baches en el camino. Pero algo es seguro: el mundo está cambiando más rápido que nunca y es cada vez más digital.
Las empresas financieras necesitan ahora procesar urgentemente todos esos cambios en su panorama para dar forma a sus nuevas estrategias con el fin de responder a la crisis y prosperar en el imprevisible entorno actual. La estrategia ganadora implica tanto la adopción de un enfoque más flexible para trabajar y hacer negocios como la implantación de tecnologías capaces de ajustarse a las nuevas reglas. Quienes se centren en cómo acceder a ofertas de calidad y lograr una mayor eficiencia sobrevivirán a la crisis y sacarán el máximo partido de la situación.
La adopción de la estrategia adecuada permitirá a las empresas reducir costes, gestionar riesgos e incluso aumentar su rendimiento. Al fin y al cabo, la mejora de la adaptabilidad, el aumento de la eficiencia y la reducción de los costes es lo que marca la diferencia en un clima económico incierto que se mantendrá durante un periodo de tiempo desconocido.
Este artículo ha sido publicado por BCR, el principal proveedor de noticias, análisis de mercado y formación para el sector de la financiación de créditos a nivel mundial: TRF News, 17.12.2020